jueves, 31 de octubre de 2013
En 1972 CHIPRODAL donó carboncillo para la sede estadio
En
1972 la Ilustre Municipalidad de Llanquihue transporta al estadio
veinte camionadas de carboncillo donadas por CHIPRODAL S.A.I
Club de Señoras dona juego de cubiertos
- En 1972 el Club de Señoras dona a nuestra institución un juego de cubiertos.
Mejores deportistas 1999
-
Mejores deportistas 1999
-
Durante el paseo anual del 20 de febrero de 2000
se premia a los mejores deportistas de 1999,
- distinguiéndose a:
Atletismo
|
Thomas Werner
|
Básquetbol
|
Carlos Binder
|
Caza
|
Carlos Neumann
|
Faustball
|
Christian Dähling
|
Fútbol
|
Homenaje póstumo a
Marcelo Redlich
|
Gimnasia
|
Nancy Niklitschek
|
Pesca
|
Gert Werner
|
Skat
|
Omar Werner
|
Tenis
|
Felipe Cortés
|
Vóleibol
|
Maribel Vargas
|
Mejor deportista de 1999
|
Gert Werner
|
Premio Mérito Deportivo
|
Víctor Mödinger y Sergio
Mödinger
|
En 1972 , el ex Colegio Alemán de Llanquihue nos cedió sus instalaciones
-
En reunión celebrada el 15 de junio de 1972 , el presidente del Club
Diedrich Werner, da cuenta que el Directorio del Colegio Alemán realizó la entrega a nuestro club de los edificios, fondos y otros útiles, por lo tanto, el edificio del
internado quedaría asignado para nuestra futura sede social, y para ello se
nombró una comisión formada por el presidente, Diedrich Werner , y los socios
Gert Werner, Armin Werner y Roberto Müller para hacer un estudio de las
dependencias de este edificio.
20 mil escudos obtenemos por la venta de vaquillas
- Eº 20.000 obtiene el club en la feria por la venta de 17 vaquillas que fueron donadas en 1972 .
Mesas , bancos y fogones se acuerda hacer en 1972 en la sede estadio
En
1972, el Directorio acuerda hacer: 10 mesas, y bancos rústicos de pino en el
estadio, también fogones para asados y parrilladas; 4 asadores,
horcones y parrillas; y estacionamientos para vehículos.
Saludamos en el día de su cumpleaños a Germán Oelckers, Javi Quintas , Macarena Vallejos y Diego Gebauer
Saludamos en el día de su cumpleaños a Germán Oelckers, Javi Quintas , Macarena Vallejos y Diego Gebauer
El Club Gimnástico Alemán de Llanquihue desea un muy feliz cumpleaños a
Germán Oelckers, Javi Quintas , Macarena Vallejos y Diego Gebauer
martes, 29 de octubre de 2013
Mirtha Hausdorf comenta el libro “EN LA TIERRA DEL FUEGO, de Carla Federico. Novela basada en la colonización alemana .La historia se desarrolla en los parajes del Lago Llanquihue .
Una
historia de amor y aventura, relatada en torno a la colonización
alemana en el sur de Chile en el siglo XIX, una mirada a los sinsabores,
al esfuerzo y a los infortunios que los colonos alemanes tuvieron que
pasar para llegar a la tierra prometida, y al inmenso trabajo que
tuvieron que realizar en los primeros años en estas bellas tierras ,
pero inhóspitas y desoladas. El argumento corre por cuenta de una joven
que se desenvuelve entre el amor y el deber. Todo esto acompañado de las
vicisitudes vividas por ser de los primeros en llegar a la zona que no
estaba preparada para recibirlos, en la que había que abrirse camino a
punta de mucho esfuerzo y coraje, el mismo que hicieron todos los miles
de inmigrantes que fueron llegando en esos años.
La historia se desarrolla en los bellos parajes del Lago Llanquihue ,con los imperturbables volcanes de fondo, rodeados de una vegetación virgen y autóctona , que aún hace de esta parte del país, una de las más hermosas.
Esta novela realizada por una escritora austríaca bien documentada, bien podría haber sido escrita por algún descendiente de esta migración que hoy pueblan la zona y también habitan en otras regiones del país, pues la mayoría de ellos escuchó de sus padres y abuelos relatos que cada familia atesoró como parte de su historia. Todos estos descendientes de alemanes que hoy son parte del quehacer nacional en todos los ámbitos heredamos no sólo apellidos y costumbres, sino que también, una vida mucho más fácil y no nos queda más que agradecer ser parte de esta legado y ojalá lo podamos seguir transmitiendo a nuestros hijos y nietos.
La historia se desarrolla en los bellos parajes del Lago Llanquihue ,con los imperturbables volcanes de fondo, rodeados de una vegetación virgen y autóctona , que aún hace de esta parte del país, una de las más hermosas.
Esta novela realizada por una escritora austríaca bien documentada, bien podría haber sido escrita por algún descendiente de esta migración que hoy pueblan la zona y también habitan en otras regiones del país, pues la mayoría de ellos escuchó de sus padres y abuelos relatos que cada familia atesoró como parte de su historia. Todos estos descendientes de alemanes que hoy son parte del quehacer nacional en todos los ámbitos heredamos no sólo apellidos y costumbres, sino que también, una vida mucho más fácil y no nos queda más que agradecer ser parte de esta legado y ojalá lo podamos seguir transmitiendo a nuestros hijos y nietos.
Saludamos en el día de su cumpleaños a Ornella Tiboni,María Belén Chocano e Isabel Becerra
El Club Gimnástico Alemán desea un muy feliz cumpleaños
Ornella Tiboni,María Belén Chocano e Isabel Becerra
Nuevos socios ingresaron en 2012
- Durante
el primer semestre de 2012 ingresan como socios Jorge Neumann, Gustavo
Barrientos Kohler y Julio Llorente
Por residir temporalmente en Alemania Víctor Mödinger renunció en 1972 al cargo de director de fútbol
Por fijar residencia temporal en Alemania , con fecha 4 de abril de 1972 , el socio Víctor Mödinger, renuncia desde la ciudad de Sttutgart a su cargo de Director de la rama de fútbol
Los primeros años de la colonia alemana en el lago Llanquihue, según anécdotas de la señora Siebald de Michael.
Los primeros años de la colonia alemana en el lago Llanquihue, según anécdotas de la señora Siebald de Michael.
Traducción: Enrique Kinzel
Fuente: Anuario de la Liga Chileno Alemana año 1917
Por Fritz Gaedicke.
Durante el año 1856 llegué con mis padres y muchos emigrantes a Chile, así lo cuenta la señora Siebald de Michael. No fuimos los primeros, porque en los tres años anteriores, muchas familias emigrantes alemanas ya se habían instalado en las riberas del lago, gran parte venidas a través de Puerto Montt, y los menos por la vía Valdivia- Osorno.
Puerto Montt no era otra cosa que un predio pantanoso de junquillos y malezas, en las que se fabricaban tejuelas de alerce provenientes de trozos de árboles, por habitantes venidos desde las islas cercanas que parecían fantasmas.
Entremedio raleaban algunas chozas de los chilotes, y de algunas casas empezadas por alemanes que aquí determinaron construir sus habitaciones y vivir del comercio con los insulares.
En medio de este estado de cosas empezaba la impenetrable selva virgen en lo alto de las colinas. De ésta parte, había que transitar a pie, llevar las camas, los utensilios de casa y víveres al hombro por un angosto sendero , pantanoso a Puerto Varas. Uno tenía que ir detrás del otro, y ante ellos se cerraba la ramazón de la selva, a veces tan tupida que no dejaba pasar un rayo de sol. Sobre los peores hoyos pantanosos había ramas cortadas; cualquier paso dado en falso uno se hundía hasta la rodilla en el fango. Las fosas y ríos había que vadearlos. En los ríos se habían colocado trozos de madera de extremo a extremo, sobre los cuales durante el invierno, con los ríos colmados, había que alcanzar la otra orilla resbalándose sobre los palos.
Cuantas veces tuvo que viajar nuestro honorable médico, Franz Fonck, por este camino para poder llegar donde estaban sus enfermos de la colonia-mi colonia-, como cariñosamente se expresaba, guiaba e caballo de la rienda a través de os pantanos resbalosos y ríos colmados por las lluvias. Este hombre, como nadie se sacrificó por los colonos.
Dos días se ocupan hasta llegar a Puerto Varas, un trecho que en los días de hoy, un caminante sobre camino enripiado ocupa cómodamente cuatro horas. Puerto Varas era entonces hasta la ribera misma una ensenada boscosa situada en el rincón del lago. En ese bosque los recién llegados colonos, con ayuda del hacha abrieron algunos claros; pero, casi no lograban dominar la inmensa selva de los alrededores. Los claros obtenidos de la limpieza eran suelos excepcionales, si bien es cierto, las modestísimas casitas instaladas de los colonos le daban un cuadro más agradable. Pero nadie de nosotros pensó que una década más tarde, la hoy en día pequeña ciudad del mismo nombre obtuviera un auge tan grande.
Después de un corto descanso, nos embarcamos junto con otros colonos en una pequeña “balandra” bautizándola los alemanes como “Frau Landrat”. Navegamos hasta Punta Larga ( Langen Spitze) cerca de Frutillar, donde fuimos desembarcados. Posteriormente empezó la colonización en los alrededores de Puerto Varas, cuya exploración había ordenado el entonces Ministro del Interior don Antonio Varas. En la ribera del lago, desde La Fábrica hasta la bahía de Quebrada Honda, y en dirección norte hasta Quilanto, con inmigrantes que llegaban en sucesivos barcos a Puerto Montt.
Mientras que la Punta de los Chanchos (Schweinespitze) era ocupada íntegramente , hacia Quilanto solo alcanzaron a instalarse las familias Fehrmann, Grosch y Gaedicke. Los dos primeros abandonaron sus pertenencias después de 1 ½ a 2 años; el abuelo Gaedicke, después de su matrimonio el año 1872, con su hijo quedaron, como únicos colonos en medio de la selva. El nombre de “Punta de los Chanchos” se debió a que en esa parte se encontraron chanchos sueltos, salvajes, los cuales liquidaron los colonos en el transcurso del tiempo.
Al igual que todos los inmigrantes, también a nosotros nos entregaron la chacra en la ribera del lago, enfrente donde quedaron mis padres. Con sacrificio, mi padre escaló el borde de la ribera cubierta con toda clase de ramazón, para conocer su “imperio” (Koenigreich). Era selva virgen en donde nunca había talado el hacha y nunca había sido pisado por ser viviente alguno. Los días venideros, había que subir a la parte alta los utensilios de casa, trasladarlos al bosque, y con ayuda de algunas docenas de tablillas de alerce y ramas construir un “refugio” contra las inclemencias del tiempo.
Entonces empezó el duro trabajo, con ayuda del hacha había que derribar los gigantescos árboles, uno tras otro. Durante largos meses , el eco de los hachazos resonaron sin descanso en el bosque, y cada vez que caía un gigante de la selva, aparecía el ruido de un trueno. De izquierda a derecha se mantenía el mismo golpeteo, el mismo tronar, una vez más cerca, luego más lejos. En todas partes estaban activas las manos de los alemanes para abrirse paso y obtener pampas y suelos para la agricultura. Naturalmente, el Estado se preocupó durante un año de la mantención, pero para el segundo año no tuvimos esperanza de ayuda. Se trataba de que había que ayudarse y trabajar. Los buenos deseos estaban en todas partes, muchas familias no lo lograron, y cuando el segundo año se atrasaron las cosechas empezaron las dificultades.
En pleno verano cuando llegamos, la primavera se despedía ante el trabajo obligado, cuando el padre, la madre y las hermanas mayores obtuvieron el reducido “claro”, arrancado al bosque virgen, este era lamentablemente pequeño. Y todavía estaba muy lejos de ser un campo; era por sobre todo un enredo de ramas, ganchos y hojas. Cuando el sol del verano secó el follaje, se le prendió fuego al roce; hubo llamas tan altas como una casa y mucho humo, pero solo las hojas secas y las ramas delgadas se quemaban. Las ramas más grandes y los ganchos gruesos quedaban intactos. Entonces empezaba un fatigoso y duro trabajo, los ganchos y ramas restantes había que destrozarlos con el hacha, amontonarlos y quemarlos, pero la madera verde con resina no se quemaba. Los ganchos grandes quedaban en el terreno.
Mientras tanto había empezado el invierno, hasta que por fin los primeros granos fueron guardados en las piezas, junto al gualato y demás herramientas que pudieron traerse de la madre patria. Así empezaba y terminaba el año, siempre el mismo duro trabajo. Pulgada tras pulgada, y pie tras pie se le arrancó a la selva el suelo cultivable.
Se podía obtener por intermedio del Estado vacunos de crianza, pagando con dinero para quien haya tenido medios para traerlos de su patria. Como elemento de ayuda se tomaban trabajadores de Chiloé, era difícil hacerse entender con ellos, ya que ninguno de nosotros dominaba el castellano. A veces se llegaba a los más graciosos mal entendidos, pero al final resultaba. Con gestos y signos se empezaba a entenderse, la cosecha era contabilizada con piedrecitas. Con la moneda, como el peso, la chaucha y el real, como medio, cuarto y centavo, se contabilizaba según el porte de las piedras. Luego después los colonos de una parte y los nativos de la otra, habían aprendido tantas expresiones que les fue un medio útil que obtuvieron para entenderse.
La administración de los alimentos por intermedio del Estado era escasa. No sólo la provisión de víveres era desordenada , proporcionada por intermedio de la “balandra”, a que debía estar atenida a las condiciones climáticas. A menudo los alimentos se echaban a perder y no eran aprovechables, debido también a que el confiado proveedor, sensiblemente un alemán ofrecía mercadería más barata e inservible obteniendo un remanente que iba a parar a sus bolsillos. Algunos padres de familia se quejaron ante él, sencillamente los embarca en un buque de guerra, detenido por año y día.
A raíz de esto nadie se animó a denunciar. Un buen consejo resultaba caro, cuando nuevamente los alimentos llegaban inservibles. Entonces papá se propuso ir a Puerto Montt por el angosto sendero, y cargaba a sus espaldas los alimentos, llegando después de varios días de viaje. En la misma forma le sucedió a todos los colonos, en el caso de los colonos de “Punta de los Chanchos” y “Quilanto”, éstos estaban más distanciados.
Sus propias espaldas, fueron por muchos años el medio de transporte para los colonos, debido a que los caballos no podían alimentarse de hojas de quila como en el caso de los vacunos.
Cuando el gobierno suspendió la ayuda en el segundo año la situación se agravó. Con los escasos frutos cosechados por los colonos había que ajustarse muy económicamente para el sustento, con el cocinar había que ir por lo económico. Las vacas por sí mismas buscaban en el bosque su alimento; mediante su leche en primavera y verano proporcionaban una buena ayuda. Pero, durante el invierno aminoraba ese manantial. Para “voltear” un vacuno, se tomaba estar determinación en casos extremos, pues el reducido ganado había que mantenerlo para afrontar la pérdida de vacunos en el invierno. Alguna que otra vez se accidentaba una vaca, y entre los terneros barría el puma. Si bien es cierto, había en Puerto Montt algunas casas comerciales alemanas; estas no aceptaban vender al crédito, aunque hubieran sido algunas libras de sal. De esta manera, tuvimos que saborear nuestras comidas sin sal. Había poco para comer, se estaba mal vestido y permanentemente había que afrontar el duro y más duro trabajo. Esa era la suerte de todos los colonos establecidos , hasta que pudieron cosechar tanto, que el interrogante de la alimentación quedó atrás. El diario sentarse alrededor de la mesa ante el fantasma del hambre quedó atrás desapareció por fin del cuadro de la mesa.
Los niños en verdad no conocieron el hambre, pero sí nuestros padres que al masticar sintieron lo que significaba privarse. El interrogante para vestirse era solucionado por el mismo colono; tampoco había dinero que alguien prestara, de tal manera que tuvieron que buscar forma de ayudarse mutuamente. Se sembraba semilla de lino, que después de ser cosechada su fibra se hilaba. Algunos tejedores fabricaban su telar y tejían el hilado para género. Más tarde también se agregaba la lana a esta industria doméstica, se tejía en días de lluvia y en las noches de invierno ante una estufa .
Todo lo que faltaba a los colonos ellos se lo proporcionaban, hasta los botones de madera; de todas maneras había que comprar algunas cosas. Para ganarse las necesarias monedas, los padres enviaban a sus hijas a Puerto Montt al servicio doméstico. Tan luego que empezó el comercio de compra-venta con los insulares, los dueños de casa estaban necesitados de su ayuda. Otras iban a Osorno a ganar dinero. Las niñas llevaban su cama a sus espaldas e iban a pie por la selva, sin compañía, ya que nadie tenía tiempo de acompañarlas, porque el tiempo valía más que el dinero, lo que significaba pan. Cuanto miedo tuvimos que soportar es indescriptible. Sucedió más de una vez, que niñas fueron violadas y muertas por vagabundos. Por entonces tuvimos mejores derechos de justicia comparado lo que es hoy en día. Ningún asesinato o crimen quedaba impune, para lo cua el castigo venía en el acto. En contadas semanas el criminal era detenido, condenado y puesto a la pared . La leyes jurídicas eran draconianas, en el caso por ejemplo, de heridas sangrantes producidas por un latigazo propinado, se castigaba con un año de cárcel o era enviado a una casa correccional.
Cuando el territorio de colonización de Llanquihue estaba subordinado a la provincia de Valdivia, por entonces ahí existía una colonia penal, adonde los malvados del norte del país eran desterrados; para el caso había leyes determinantes.
Por más de una década los colonos trabajaron duramente, sea que las madres tenían que amamantar o no, ellas tenían que ir al campo y al bosque a trabajar para que la familia no padeciera hambre. Cuando la situación principiaba a mejorarse, nunca se privaban de colaboración en el trabajo. Para estar enfermo no había tiempo, en comparación a los tiempos de hoy, se presentaron pocos casos, los que en realidad fueron graves.
Cuando el ganado vacuno por fin se multiplicó, significó una entrada de dinero, en cambio la fruta del campo no tenía venta porque no había comprador. La mantequilla era cargada y vendida por libras, por contados centavos al destinatario. En la mayoría de los casos no había venta; un colono que en vano había golpeado las puertas de casa en casa y cansado al final la tiró a la puerta de un panadero para no regresar con ella. Con los huevos y otros productos sucedía lo mismo, esta situación mejoró en 1870.
A fines de siglo, el señor Heinrich Widerhold, de Osorno construyó una fábrica d charqui de carne de vacuno, con la cual todos los años proveía a la colonia del lago. Trigo hubo hasta fines del siglo y era barato, solamente se ocupaba en las destilerías de licores.
Con la llegada de la compra-venta de vacunos se progresó, de esta manera el mantenimiento de la colonia se encontraba en lo sucesivo asegurada. A pesar de de todo, fue necesario que pasaran décadas para llegar al desarrollo de nuestros días.
Nuestra primera casa de habitación fue, como ya se expresó una “mediagua” o “rancha” techada con tejuelas y ramas en medio de la selva bajo árboles cuyas copas, a nosotros niños nos parecía que alcanzaban las nubes. Este tipo de casucha casi no ofrecía protección contra el lluvioso invierno, mucho menos contra el viento.
Cuando tenían que soportar los muchos temporales de viento del norte que aquí nos empujaban, era como la selva se viniera encima. Ganchos quebrados caían al suelo, y árboles arrancados de raíz, eso era verdaderamente espantoso, principalmente en las noches. Nosotros rezábamos a Dios a cada instante, porque la dislocación de un gancho o la caída de un árbol no nos matara.
Tan luego que nuestro primer roce fuera incendiado, mi padre con ayuda de nativos, construyó una casita al aire libre. Para el techo sirvieron las tejuelas de la “rancha”, las paredes se hicieron de trozos de árboles partidos y labrados. Por ignorancia de los constructores de la casita de dos piezas al no asegurarla lo suficiente, sucedió que una buena mañana toda la edificación se derrumbó. Felizmente, a una de nuestras guaguas que se encontraba dentro nada le sucedió, debido a que en un costado había un cajón que soportó la caída de la masa de madera, protegiéndose el niño. Nada más había dentro, salvo de algunos enseres que se perjudicaron, no hubo nada más que lamentar.
Uno de nuestros vecinos que construyó su casita de madera, perdió todos sus haberes, motivado por la caída de un gigantesco árbol que aplastó a vivienda con todo lo que tenía adentro. Pérdida de personas no hubo que lamentar, porque la familia se encontraba trabajando en el campo. Pero, lo sucedido significó una pérdida cuantiosa. Fue todavía una suerte que cayó en un momento cuando el gobierno daba ayuda en caso contrario hubiera tenido que recurrir a la ayuda compasiva de sus compatriotas de destino.
La unión entre los colonos en la pena y la alegría, en la necesidad y muerte era muy conocida, con algunas excepciones. Uno ayudaba al otro y lo acompañaba en la mejor forma que podía. Eran personas procedentes de diferentes comarcas de la entonces dividida Alemania, y completamente desconocidos, pero el destino los unía, y la común necesidad los enlazaba como eslabones. Cuando se presentaba una discusión entre la convivencia de hermanos, no duraba mucho. La gente tenía que trabajar duramente y sufrir necesidades , de modo que no había tiempo para pensar en discusiones y riñas; pero cuando se presentaba una seria pelea, o hubiera un hombre deshonrado entre ellos, éste era despreciado y tenía el destino de sufrir el desprecio, lo cual en muchos casos lo forzaba a emigrar.
Horn, Bernardo; Kinzel Enrique: “Puerto Varas 131 años de Historia. 1852-1983”.Imprenta Horn, Puerto Varas,1983,pp 94- 100
Fuente: Anuario de la Liga Chileno Alemana año 1917
Por Fritz Gaedicke.
Durante el año 1856 llegué con mis padres y muchos emigrantes a Chile, así lo cuenta la señora Siebald de Michael. No fuimos los primeros, porque en los tres años anteriores, muchas familias emigrantes alemanas ya se habían instalado en las riberas del lago, gran parte venidas a través de Puerto Montt, y los menos por la vía Valdivia- Osorno.
Puerto Montt no era otra cosa que un predio pantanoso de junquillos y malezas, en las que se fabricaban tejuelas de alerce provenientes de trozos de árboles, por habitantes venidos desde las islas cercanas que parecían fantasmas.
Entremedio raleaban algunas chozas de los chilotes, y de algunas casas empezadas por alemanes que aquí determinaron construir sus habitaciones y vivir del comercio con los insulares.
En medio de este estado de cosas empezaba la impenetrable selva virgen en lo alto de las colinas. De ésta parte, había que transitar a pie, llevar las camas, los utensilios de casa y víveres al hombro por un angosto sendero , pantanoso a Puerto Varas. Uno tenía que ir detrás del otro, y ante ellos se cerraba la ramazón de la selva, a veces tan tupida que no dejaba pasar un rayo de sol. Sobre los peores hoyos pantanosos había ramas cortadas; cualquier paso dado en falso uno se hundía hasta la rodilla en el fango. Las fosas y ríos había que vadearlos. En los ríos se habían colocado trozos de madera de extremo a extremo, sobre los cuales durante el invierno, con los ríos colmados, había que alcanzar la otra orilla resbalándose sobre los palos.
Cuantas veces tuvo que viajar nuestro honorable médico, Franz Fonck, por este camino para poder llegar donde estaban sus enfermos de la colonia-mi colonia-, como cariñosamente se expresaba, guiaba e caballo de la rienda a través de os pantanos resbalosos y ríos colmados por las lluvias. Este hombre, como nadie se sacrificó por los colonos.
Dos días se ocupan hasta llegar a Puerto Varas, un trecho que en los días de hoy, un caminante sobre camino enripiado ocupa cómodamente cuatro horas. Puerto Varas era entonces hasta la ribera misma una ensenada boscosa situada en el rincón del lago. En ese bosque los recién llegados colonos, con ayuda del hacha abrieron algunos claros; pero, casi no lograban dominar la inmensa selva de los alrededores. Los claros obtenidos de la limpieza eran suelos excepcionales, si bien es cierto, las modestísimas casitas instaladas de los colonos le daban un cuadro más agradable. Pero nadie de nosotros pensó que una década más tarde, la hoy en día pequeña ciudad del mismo nombre obtuviera un auge tan grande.
Después de un corto descanso, nos embarcamos junto con otros colonos en una pequeña “balandra” bautizándola los alemanes como “Frau Landrat”. Navegamos hasta Punta Larga ( Langen Spitze) cerca de Frutillar, donde fuimos desembarcados. Posteriormente empezó la colonización en los alrededores de Puerto Varas, cuya exploración había ordenado el entonces Ministro del Interior don Antonio Varas. En la ribera del lago, desde La Fábrica hasta la bahía de Quebrada Honda, y en dirección norte hasta Quilanto, con inmigrantes que llegaban en sucesivos barcos a Puerto Montt.
Mientras que la Punta de los Chanchos (Schweinespitze) era ocupada íntegramente , hacia Quilanto solo alcanzaron a instalarse las familias Fehrmann, Grosch y Gaedicke. Los dos primeros abandonaron sus pertenencias después de 1 ½ a 2 años; el abuelo Gaedicke, después de su matrimonio el año 1872, con su hijo quedaron, como únicos colonos en medio de la selva. El nombre de “Punta de los Chanchos” se debió a que en esa parte se encontraron chanchos sueltos, salvajes, los cuales liquidaron los colonos en el transcurso del tiempo.
Al igual que todos los inmigrantes, también a nosotros nos entregaron la chacra en la ribera del lago, enfrente donde quedaron mis padres. Con sacrificio, mi padre escaló el borde de la ribera cubierta con toda clase de ramazón, para conocer su “imperio” (Koenigreich). Era selva virgen en donde nunca había talado el hacha y nunca había sido pisado por ser viviente alguno. Los días venideros, había que subir a la parte alta los utensilios de casa, trasladarlos al bosque, y con ayuda de algunas docenas de tablillas de alerce y ramas construir un “refugio” contra las inclemencias del tiempo.
Entonces empezó el duro trabajo, con ayuda del hacha había que derribar los gigantescos árboles, uno tras otro. Durante largos meses , el eco de los hachazos resonaron sin descanso en el bosque, y cada vez que caía un gigante de la selva, aparecía el ruido de un trueno. De izquierda a derecha se mantenía el mismo golpeteo, el mismo tronar, una vez más cerca, luego más lejos. En todas partes estaban activas las manos de los alemanes para abrirse paso y obtener pampas y suelos para la agricultura. Naturalmente, el Estado se preocupó durante un año de la mantención, pero para el segundo año no tuvimos esperanza de ayuda. Se trataba de que había que ayudarse y trabajar. Los buenos deseos estaban en todas partes, muchas familias no lo lograron, y cuando el segundo año se atrasaron las cosechas empezaron las dificultades.
En pleno verano cuando llegamos, la primavera se despedía ante el trabajo obligado, cuando el padre, la madre y las hermanas mayores obtuvieron el reducido “claro”, arrancado al bosque virgen, este era lamentablemente pequeño. Y todavía estaba muy lejos de ser un campo; era por sobre todo un enredo de ramas, ganchos y hojas. Cuando el sol del verano secó el follaje, se le prendió fuego al roce; hubo llamas tan altas como una casa y mucho humo, pero solo las hojas secas y las ramas delgadas se quemaban. Las ramas más grandes y los ganchos gruesos quedaban intactos. Entonces empezaba un fatigoso y duro trabajo, los ganchos y ramas restantes había que destrozarlos con el hacha, amontonarlos y quemarlos, pero la madera verde con resina no se quemaba. Los ganchos grandes quedaban en el terreno.
Mientras tanto había empezado el invierno, hasta que por fin los primeros granos fueron guardados en las piezas, junto al gualato y demás herramientas que pudieron traerse de la madre patria. Así empezaba y terminaba el año, siempre el mismo duro trabajo. Pulgada tras pulgada, y pie tras pie se le arrancó a la selva el suelo cultivable.
Se podía obtener por intermedio del Estado vacunos de crianza, pagando con dinero para quien haya tenido medios para traerlos de su patria. Como elemento de ayuda se tomaban trabajadores de Chiloé, era difícil hacerse entender con ellos, ya que ninguno de nosotros dominaba el castellano. A veces se llegaba a los más graciosos mal entendidos, pero al final resultaba. Con gestos y signos se empezaba a entenderse, la cosecha era contabilizada con piedrecitas. Con la moneda, como el peso, la chaucha y el real, como medio, cuarto y centavo, se contabilizaba según el porte de las piedras. Luego después los colonos de una parte y los nativos de la otra, habían aprendido tantas expresiones que les fue un medio útil que obtuvieron para entenderse.
La administración de los alimentos por intermedio del Estado era escasa. No sólo la provisión de víveres era desordenada , proporcionada por intermedio de la “balandra”, a que debía estar atenida a las condiciones climáticas. A menudo los alimentos se echaban a perder y no eran aprovechables, debido también a que el confiado proveedor, sensiblemente un alemán ofrecía mercadería más barata e inservible obteniendo un remanente que iba a parar a sus bolsillos. Algunos padres de familia se quejaron ante él, sencillamente los embarca en un buque de guerra, detenido por año y día.
A raíz de esto nadie se animó a denunciar. Un buen consejo resultaba caro, cuando nuevamente los alimentos llegaban inservibles. Entonces papá se propuso ir a Puerto Montt por el angosto sendero, y cargaba a sus espaldas los alimentos, llegando después de varios días de viaje. En la misma forma le sucedió a todos los colonos, en el caso de los colonos de “Punta de los Chanchos” y “Quilanto”, éstos estaban más distanciados.
Sus propias espaldas, fueron por muchos años el medio de transporte para los colonos, debido a que los caballos no podían alimentarse de hojas de quila como en el caso de los vacunos.
Cuando el gobierno suspendió la ayuda en el segundo año la situación se agravó. Con los escasos frutos cosechados por los colonos había que ajustarse muy económicamente para el sustento, con el cocinar había que ir por lo económico. Las vacas por sí mismas buscaban en el bosque su alimento; mediante su leche en primavera y verano proporcionaban una buena ayuda. Pero, durante el invierno aminoraba ese manantial. Para “voltear” un vacuno, se tomaba estar determinación en casos extremos, pues el reducido ganado había que mantenerlo para afrontar la pérdida de vacunos en el invierno. Alguna que otra vez se accidentaba una vaca, y entre los terneros barría el puma. Si bien es cierto, había en Puerto Montt algunas casas comerciales alemanas; estas no aceptaban vender al crédito, aunque hubieran sido algunas libras de sal. De esta manera, tuvimos que saborear nuestras comidas sin sal. Había poco para comer, se estaba mal vestido y permanentemente había que afrontar el duro y más duro trabajo. Esa era la suerte de todos los colonos establecidos , hasta que pudieron cosechar tanto, que el interrogante de la alimentación quedó atrás. El diario sentarse alrededor de la mesa ante el fantasma del hambre quedó atrás desapareció por fin del cuadro de la mesa.
Los niños en verdad no conocieron el hambre, pero sí nuestros padres que al masticar sintieron lo que significaba privarse. El interrogante para vestirse era solucionado por el mismo colono; tampoco había dinero que alguien prestara, de tal manera que tuvieron que buscar forma de ayudarse mutuamente. Se sembraba semilla de lino, que después de ser cosechada su fibra se hilaba. Algunos tejedores fabricaban su telar y tejían el hilado para género. Más tarde también se agregaba la lana a esta industria doméstica, se tejía en días de lluvia y en las noches de invierno ante una estufa .
Todo lo que faltaba a los colonos ellos se lo proporcionaban, hasta los botones de madera; de todas maneras había que comprar algunas cosas. Para ganarse las necesarias monedas, los padres enviaban a sus hijas a Puerto Montt al servicio doméstico. Tan luego que empezó el comercio de compra-venta con los insulares, los dueños de casa estaban necesitados de su ayuda. Otras iban a Osorno a ganar dinero. Las niñas llevaban su cama a sus espaldas e iban a pie por la selva, sin compañía, ya que nadie tenía tiempo de acompañarlas, porque el tiempo valía más que el dinero, lo que significaba pan. Cuanto miedo tuvimos que soportar es indescriptible. Sucedió más de una vez, que niñas fueron violadas y muertas por vagabundos. Por entonces tuvimos mejores derechos de justicia comparado lo que es hoy en día. Ningún asesinato o crimen quedaba impune, para lo cua el castigo venía en el acto. En contadas semanas el criminal era detenido, condenado y puesto a la pared . La leyes jurídicas eran draconianas, en el caso por ejemplo, de heridas sangrantes producidas por un latigazo propinado, se castigaba con un año de cárcel o era enviado a una casa correccional.
Cuando el territorio de colonización de Llanquihue estaba subordinado a la provincia de Valdivia, por entonces ahí existía una colonia penal, adonde los malvados del norte del país eran desterrados; para el caso había leyes determinantes.
Por más de una década los colonos trabajaron duramente, sea que las madres tenían que amamantar o no, ellas tenían que ir al campo y al bosque a trabajar para que la familia no padeciera hambre. Cuando la situación principiaba a mejorarse, nunca se privaban de colaboración en el trabajo. Para estar enfermo no había tiempo, en comparación a los tiempos de hoy, se presentaron pocos casos, los que en realidad fueron graves.
Cuando el ganado vacuno por fin se multiplicó, significó una entrada de dinero, en cambio la fruta del campo no tenía venta porque no había comprador. La mantequilla era cargada y vendida por libras, por contados centavos al destinatario. En la mayoría de los casos no había venta; un colono que en vano había golpeado las puertas de casa en casa y cansado al final la tiró a la puerta de un panadero para no regresar con ella. Con los huevos y otros productos sucedía lo mismo, esta situación mejoró en 1870.
A fines de siglo, el señor Heinrich Widerhold, de Osorno construyó una fábrica d charqui de carne de vacuno, con la cual todos los años proveía a la colonia del lago. Trigo hubo hasta fines del siglo y era barato, solamente se ocupaba en las destilerías de licores.
Con la llegada de la compra-venta de vacunos se progresó, de esta manera el mantenimiento de la colonia se encontraba en lo sucesivo asegurada. A pesar de de todo, fue necesario que pasaran décadas para llegar al desarrollo de nuestros días.
Nuestra primera casa de habitación fue, como ya se expresó una “mediagua” o “rancha” techada con tejuelas y ramas en medio de la selva bajo árboles cuyas copas, a nosotros niños nos parecía que alcanzaban las nubes. Este tipo de casucha casi no ofrecía protección contra el lluvioso invierno, mucho menos contra el viento.
Cuando tenían que soportar los muchos temporales de viento del norte que aquí nos empujaban, era como la selva se viniera encima. Ganchos quebrados caían al suelo, y árboles arrancados de raíz, eso era verdaderamente espantoso, principalmente en las noches. Nosotros rezábamos a Dios a cada instante, porque la dislocación de un gancho o la caída de un árbol no nos matara.
Tan luego que nuestro primer roce fuera incendiado, mi padre con ayuda de nativos, construyó una casita al aire libre. Para el techo sirvieron las tejuelas de la “rancha”, las paredes se hicieron de trozos de árboles partidos y labrados. Por ignorancia de los constructores de la casita de dos piezas al no asegurarla lo suficiente, sucedió que una buena mañana toda la edificación se derrumbó. Felizmente, a una de nuestras guaguas que se encontraba dentro nada le sucedió, debido a que en un costado había un cajón que soportó la caída de la masa de madera, protegiéndose el niño. Nada más había dentro, salvo de algunos enseres que se perjudicaron, no hubo nada más que lamentar.
Uno de nuestros vecinos que construyó su casita de madera, perdió todos sus haberes, motivado por la caída de un gigantesco árbol que aplastó a vivienda con todo lo que tenía adentro. Pérdida de personas no hubo que lamentar, porque la familia se encontraba trabajando en el campo. Pero, lo sucedido significó una pérdida cuantiosa. Fue todavía una suerte que cayó en un momento cuando el gobierno daba ayuda en caso contrario hubiera tenido que recurrir a la ayuda compasiva de sus compatriotas de destino.
La unión entre los colonos en la pena y la alegría, en la necesidad y muerte era muy conocida, con algunas excepciones. Uno ayudaba al otro y lo acompañaba en la mejor forma que podía. Eran personas procedentes de diferentes comarcas de la entonces dividida Alemania, y completamente desconocidos, pero el destino los unía, y la común necesidad los enlazaba como eslabones. Cuando se presentaba una discusión entre la convivencia de hermanos, no duraba mucho. La gente tenía que trabajar duramente y sufrir necesidades , de modo que no había tiempo para pensar en discusiones y riñas; pero cuando se presentaba una seria pelea, o hubiera un hombre deshonrado entre ellos, éste era despreciado y tenía el destino de sufrir el desprecio, lo cual en muchos casos lo forzaba a emigrar.
Horn, Bernardo; Kinzel Enrique: “Puerto Varas 131 años de Historia. 1852-1983”.Imprenta Horn, Puerto Varas,1983,pp 94- 100
Colonos alemanes que llegaron al lago Llanquihue y que están registrados en el monumento a Nuestros Antepasados UNSERN AHNEN en el sector Totoral, de Llanquihue.
Colonos alemanes que llegaron al lago Llanquihue y que están registrados en el monumento a Nuestros Antepasados UNSERN AHNEN en el sector Totoral, de Llanquihue.
1. Christian Aichele.
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Albañil
Origen: Nellingen-Wuertemberg
2. Bárbara Aichele.
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Nellingen-Wuertemberg
3. Johann Michael Aichele
Barco: Hermann
Fecha zarpe: Agosto de 1855
Fecha llegada: 14 de noviembre de 1855
Profesión: Agricultor
Origen: Nellingen-Wuertemberg
4. Daniel Appel
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Zwehren-Hessen
5.Franz Backhaus
Barco: Hermann
Fecha zarpe: 31 de julio de 1852
Fecha llegada: Diciembre de 1852
Profesión: Carnicero
Origen: Berlín
6. Jakob Beil
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Tonelero
Origen: Ditzingen
7. Philipp Berner
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Vinicultor
Origen: Rothenberg-Wuertemberg
8. Karl Briebach
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Schoenbach-Sachen
9. Johanna Briebach geb diesner
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Schoenbach-Sachen
10. Georg Binder
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 11 de de septiembre de 1852
Fecha llegada: 12 de diciembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Bietigheim-Wuertemberg
11 Gottlieb Bitterlich
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Mueblista
Origen: Oderwitz-Sachsen
12. Wilhelm Briede
Barco: Australia
Fecha zarpe: 4 de de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agricultor-Comerciante
Origen: Cassel
13. Georg Bueckle
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Gingen Wuertemberg
14. Joseph Decher
Barco: Sankt Paully
Fecha zarpe: 26 de de octubre de 1850
Fecha llegada: 6 de febrero de 1851
Profesión: Tornero
Origen: Speyer
15. Wilhelm Degelon
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Strahwalde Berthelsdorf-Sachsen
16. Carl Gotlob Dittrich
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Linde (cerca de Zittau-Sachsen )
17. Carl Dittrich
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 16 de de agosto de 1856
Fecha llegada: 22 de diciembre de 1856
Profesión: Carpintero
Origen: Lohning-Schlesien
18. Matthias Doggenweiler
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de julio de 1852
Profesión: Carpintero
Origen: Andelfingen-Wuertemberg
19. Jakob Ebensperger
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Jabonero
Origen: Ditzingen
20. Adolf Ellwanger
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 4 de de junio de 1851
Fecha llegada: 10 de octubre de 1851
Profesión: Cervecero
Origen: Berlín-Buckow
21. Anton Emhardt
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Andelfingen-Würt
22. Konrad Epple
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: 1846
Profesión: No verificado
Origen: No verificado
23. Fidel Figelist
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Waldhausen-Wuertemberg
24.Jakob Foltz
Barco: Sankt Paully
Fecha zarpe: 26 de de octubre de 1850
Fecha llegada: 6 de febrero de 1851
Profesión: Agricultor
Origen: Speyer
25 Franz Fonck
Barco: Fortunata
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: 1854
Profesión: Doctor
Origen: Goch a orillas del Rhin
26.Karl Funfach
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Carpintero
Origen: Neusorge
27. Joseph Gebauer
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Herrero
Origen: Wuenschelburg Preussen
28.Wilhelm Geisse
Barco: Middleton
Fecha zarpe: 24 de septiembre de 1849
Fecha llegada: 30 de enero de 1850
Profesión: Agrimensor e Intendente
Origen: Rotenberg-Hessen
29. Franz Geisse
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 11 de septiembre 1852
Fecha llegada: 12 de diciembre de 1852
Profesión: Agrimensor
Origen: Rotenberg Hessen
30. Michael Gloss
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Gerlingen-Wuertemberg
31. Philipp Goldberg
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Tejedor
Origen: Lueckendorf
32. Georg Grebe
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: desde 1846
Profesión: Comerciante- Vicecónsul
Origen: Cassel
33. Franz Hahn
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agricultor-Cervecero
Origen: Andelfingen-Würt
34. Gustav Haltenhof
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: Desde 1846
Profesión: No verificado
Origen: No verificado
35.Gustav Halterdorff
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Teólogo
Origen: Zainingen-Wuertemberg
36. Ludwig Harigel
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Tejedor
Origen: Plieningen-Esslingen-Wuertemberg
37.Joahann Georg Heck
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Gerlingen-Wuertemberg
38. Gottfried Held
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Tejedor-Tintorero
Origen: Mittelherwigsdorf
39. Johann Ernst Heppner
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Gerlachshagen-Hessen
40. David Herz
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Carpintero- Cervecero
Origen: Ruith-Wuertemberg
41. Ferdinand Hess
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Albañil
Origen: Cassel
42. Wilhelm Hess
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Albañil
Origen: Cassel
43. Heinrich Hoehmann
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Oberzwehren
44. August Junge
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Lauban-Schlesien
45. Gottfried Junge
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Wuenschelburg-Preussen
46. Hermann Klagges
Barco: Hermann
Fecha zarpe: 3 de septiembre de 1851
Fecha llegada: 4 de diciembre de 1851
Profesión: Agricultor
Origen: Rietberg-Westfalen
47.Gustav Liewald
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Lauban
48. Friedrich Lincke
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 15 de de agosto de 1850
Fecha llegada: 7 de diciembre de 1850
Profesión: Tejedor
Origen: Gross-Schoenau-Sachsen
49. Burckhardt Mardorf
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 11 de septiembre 1852
Fecha llegada: 12 de diciembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Rotenburg Hessen
50. Ludwig Marquardt
Barco: Heiherstieg
Fecha zarpe: 26 de junio de 1855
Fecha llegada: Octubre de 1852
Profesión: Tenía 8 años
Origen: Hamburg
51 . Heinrich Martin
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: Desde 1846
Profesión: Curtidor
Origen: Nordhasen
52. August Mechsner
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 11 de septiembre 1852
Fecha llegada: 12 de diciembre de 1852
Profesión: Tintorero
Origen: Reinerz-Schlesien
53. August Michael
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: Desde 1846
Profesión: No verificado
Origen: Rotenburg in Schlesien
54. Michael Moedinger
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Vinicultor
Origen: Strüempfelbach-Wuertemberg
55. Gottlob Mueller
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Tejedor
Origen: Oderwitz-Sachsen
56 . Emanuel Muenzenmayer
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Vinicultor
Origen: Rotenberg-Wuertemberg
57. Peter Nettig
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: Desde 1846
Profesión: No verificado
Origen: Glaesendord in Schlesien
58. Christian Ochs
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 11 de septiembre 1852
Fecha llegada: 12 de diciembre de 1852
Profesión: Carnicero
Origen: Oberzwehren-Hessen
59. Gottlieb Reichle
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Viticultor
Origen: Ruedern-Wuertemberg
60. Gottlieb Reiss
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Panadero
Origen: Haubersbronn-Wuertemberg
61. Otto Robert
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agrónomo
Origen: Zigenhain
62. Jakob Sandrok
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Baumbach-Hessen
63. Franz Schmidt
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: Desde 1846
Profesión: No verificado
Origen: Landeck in Schlesien
64. Ferdinand Schmidt
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 4 de junio de 1851
Fecha llegada: 10 de octubre de 1851
Profesión: Empleado
Origen: Crossen-Brandenburg
65. Georg Schnitzer
Barco: No verificado
Fecha zarpe: No verificado
Fecha llegada: Desde 1846
Profesión: No verificado
Origen:
66. Eduard Schoebitz
Barco: Sankt Paully
Fecha zarpe: 26 de de octubre de 1850
Fecha llegada: 6 de febrero de 1851
Profesión: Agricultor
Origen: Maltsch
67. Adolf Schott
Barco: Sankt Paully
Fecha zarpe: 26 de de octubre de 1850
Fecha llegada: 6 de febrero de 1851
Profesión: Profesor
Origen: Wüertemberg
68. Johann Siebert
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 11 de septiembre de 1852
Fecha llegada: 12 de diciembre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Oberzweheren-Wuertemberg
69. Jakob Stuempfle
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Molinero
Origen: Dettingen –Würt
70. Karl von Bischoffshausen
Barco: Alfred
Fecha zarpe: 26 de de junio de 1852
Fecha llegada: 5 de octubre de 1852
Profesión: Agricultor
Origen: Berge-Witzenhausen Hessen
71. Andreas Waehle
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: No verificado
Origen: Johnsdorf
72. Georg Weppler
Barco: Hermann
Fecha zarpe: 3 de septiembre de 1851
Fecha llegada: 4 de diciembre de 1851
Profesión: Agricultor
Origen: Cassel
73. Gottlieb Werner
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Carpintero
Origen: Ruppersdorf-Sachsen
74. Gottlob Werner
Barco: Susanne
Fecha zarpe: 1 de julio de 1852
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1852
Profesión: Comerciante-Industria textil
Origen: Ruppersdorf-Sachsen
75. Karl Wilhelm
Barco: Australia
Fecha zarpe: 3 de abril de 1852
Fecha llegada: 1 de agosto de 1852
Profesión: Cerrajero
Origen: Struempfelbach-Wuertemberg
76. Eberhard Wulf
Barco: Victoria
Fecha zarpe: 4 de junio de 1851
Fecha llegada: 10 de octubre de 1851
Profesión: Agricultor
Origen: Atteln-Westfalen
Fuente: O.N.G. Corporación
Cultural Ciudad de Llanquihue: “Llanquihue entre lago y río”, 2ª edición
, , Imprenta América, 2ª Edición, Osorno, Chile, octubre de 2008, pp
365-367.
Primeros colonos alemanes que llegaron a Desagüe actual Llanquihue .
Primeros colonos alemanes que llegaron a Desagüe actual Llanquihue .
Primeros colonos alemanes que llegaron a Desagüe actual Llanquihue .
1. Nombre colono : Eduard Schöbitz
Barco: Sankt Pauli
Fecha llegada: 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 6
Sector: Desagüe
2. Nombre colono : Carl Fünfach
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 7
Sector: Desagüe
** Debió haber recibido la chacra Nº 7 pero se ahogó accidentalmente en el río Maullín el 6 de abril de 1853.
3. Nombre colono : Ernst August Michael
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 15
Sector: Quebrada Honda
4. Nombre colono : August Michael
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 16
Sector: Quebrada Honda
5. Nombre colono : August Junge
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 7
Sector: Desagüe
6. Nombre colono : Gottlieb Werner
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº. 8
Sector: Desagüe
7. Nombre colono : Gottfried Held
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº 9
Sector: Desagüe
8. Nombre colono : Karl Gottlob Dittrich
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 10
Sector: Totoral
9. Nombre colono : Ernst Kretschmar
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 10
Sector: Totoral
10. Nombre colono : Gustav Liewald
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 11
Sector: Totoral
11. Nombre colono : Johann Gottlob Werner
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº 12
Sector: Totoral
12. Nombre colono : Johann Gottlob Müller
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº 13
Sector: Totoral
13. Nombre colono : Gottfried Junge
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 14
Sector: Totoral
14. Nombre colono : Franz Backhaus
Barco: Hermann
Fecha llegada: Diciembre de de 1852
Origen: Berlín
Chacra Nº. 6a
Sector: Desagüe
15. Nombre colono : Aegidius Franz
Barco: Reiherstieg
Fecha llegada: octubre de 1855
Origen: Silesia
Chacra Nº 16
Sector: Quebrada Honda
16. Nombre colono : Anton Gebauer
Barco: Alfred
Fecha llegada: 22 de diciembre de 1856
Origen: Silesia
Chacra Nº. 6b
Sector: Desagüe
17. Nombre colono : Georg Fleidl
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº. 6c
Sector: Totoral
18. Nombre colono : Anton Tampe
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14a
Sector: Totoral
19. Nombre colono : Johann Heim
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14b
Sector: Totoral
20. Nombre colono : Karl Sommer
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14c
Sector: Totoral
21. Nombre colono : Ernst Hornig
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14 d
Sector: Totoral
** Algunos de estos colonos se mudaron a otros lugares como Johann Heim a Frutillar, Karl Sommer a Osorno, Anton Tampe a Los Riscos
Fuente: Legarraga Raddatz, Patricio : “Frutillar genealogías de familias alemanas”. KA2 Impresión, Santiago de Chile.2002 pp 388
1. Nombre colono : Eduard Schöbitz
Barco: Sankt Pauli
Fecha llegada: 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 6
Sector: Desagüe
2. Nombre colono : Carl Fünfach
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 7
Sector: Desagüe
** Debió haber recibido la chacra Nº 7 pero se ahogó accidentalmente en el río Maullín el 6 de abril de 1853.
3. Nombre colono : Ernst August Michael
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 15
Sector: Quebrada Honda
4. Nombre colono : August Michael
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 16
Sector: Quebrada Honda
5. Nombre colono : August Junge
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 7
Sector: Desagüe
6. Nombre colono : Gottlieb Werner
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº. 8
Sector: Desagüe
7. Nombre colono : Gottfried Held
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº 9
Sector: Desagüe
8. Nombre colono : Karl Gottlob Dittrich
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 10
Sector: Totoral
9. Nombre colono : Ernst Kretschmar
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº. 10
Sector: Totoral
10. Nombre colono : Gustav Liewald
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 11
Sector: Totoral
11. Nombre colono : Johann Gottlob Werner
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº 12
Sector: Totoral
12. Nombre colono : Johann Gottlob Müller
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Sajonia
Chacra Nº 13
Sector: Totoral
13. Nombre colono : Gottfried Junge
Barco: Susanne
Fecha llegada: 10 de noviembre de 1851
Origen: Silesia
Chacra Nº 14
Sector: Totoral
14. Nombre colono : Franz Backhaus
Barco: Hermann
Fecha llegada: Diciembre de de 1852
Origen: Berlín
Chacra Nº. 6a
Sector: Desagüe
15. Nombre colono : Aegidius Franz
Barco: Reiherstieg
Fecha llegada: octubre de 1855
Origen: Silesia
Chacra Nº 16
Sector: Quebrada Honda
16. Nombre colono : Anton Gebauer
Barco: Alfred
Fecha llegada: 22 de diciembre de 1856
Origen: Silesia
Chacra Nº. 6b
Sector: Desagüe
17. Nombre colono : Georg Fleidl
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº. 6c
Sector: Totoral
18. Nombre colono : Anton Tampe
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14a
Sector: Totoral
19. Nombre colono : Johann Heim
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14b
Sector: Totoral
20. Nombre colono : Karl Sommer
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14c
Sector: Totoral
21. Nombre colono : Ernst Hornig
Barco: Iserbrook
Fecha llegada: 1 de noviembre de de 1860
Origen: Silesia
Chacra Nº 14 d
Sector: Totoral
** Algunos de estos colonos se mudaron a otros lugares como Johann Heim a Frutillar, Karl Sommer a Osorno, Anton Tampe a Los Riscos
Fuente: Legarraga Raddatz, Patricio : “Frutillar genealogías de familias alemanas”. KA2 Impresión, Santiago de Chile.2002 pp 388
El Vapor “Santa Rosa”.
El Vapor “Santa Rosa”.
En el año 1902 un grupo de personas de Puerto Varas formaron una sociedad con el objeto de construir un vapor para destinarlo al cabotaje en el lago. La sociedad se formalizó el 11 de septiembre de 1902, la que giraba bajo la razón social de “Sociedad Klenner, Niklitschek y Compañía”; su capital inicial era de $ 50.000 y se componía de 65 socios. Este nuevo vapor, al que se le asignó el nombre de “Santa Rosa”, fue construido por la firma Behrens, de Valdivia, y siendo el primer vapor armado totalmente de fierro. Sus dimensiones eran de 28 metros de eslora con una capacidad de 80 toneladas; poseía dos mástiles aperados con vergas y velas que en los primeros viajes se utilizaban para aumentar su andar, las que posteriormente hubo que retirar, porque constantemente estaban expuestas a las chispas provenientes de las calderas que se alimentaban con leña, su capacidad era de 80 pasajeros.
El “Santa Rosa” se trasladó desarmado por vía marítima desde Valdivia a Puerto Montt. El transporte desde esta ciudad hasta el lago no fue fácil, debido a que el camino era angosto y en muchas partes con pronunciadas cuestas que sólo con buenos bueyes fue posible superarlas.
Varios días se demoraron en recorrer este trayecto; finalmente en Puerto Chico se procedió a la armaduría final y terminación de su aperamiento. El 13 de diciembre de 1903 pudo el “Santa Rosa” realizar el viaje de inauguración entre Puerto Varas y Puerto Octay. Fue éste un viaje muy pintoresco usando máquinas a vapor y velas. En medio del trayecto, el barco sufrió la quebradura de una parte vital de la máquina, debiendo ser auxiliado y remolcado para su reparación.
El “Santa Rosa” tuvo varios propietarios en pocos años. La primitiva sociedad fue modificada; unos socios se retiraron y otros ingresaron. La nueva sociedad que giraba con el nombre de “José Matzner y otros”, se constituyó en el mes de noviembre de 1910. Esta lo mantuvo por tres años y en enero de 1914 fue adquirido por don Cristino Haase. Con el vapor también se transfirieron los dos muelles y bodegas que la sociedad poseía en Puerto Varas y Puerto Octay. En 1915, el señor Haase vendió el “Santa Rosa” a don Augusto Minte y el valor de la transacción fue de $40.000, incluyendo algunos repuestos como la hélice y otros. En septiembre del año 1918 fue adquirido por don Carlos Heim , navegando sin interrupción hasta 1938, año en que se le hizo una reparación y transformación general. En efecto, se sacaron las máquinas para hacerle una reparación completa a fin de darle una mayor eslora hasta alcanzar los 36 metros. Además fue modernizado con acomodaciones para 150 pasajeros y adaptado principalmente para el servicio del transporte de turistas en cómodas y lujosas cabinas. También se destinaba al transporte de toda clase de mercaderías en sus amplias bodegas.
Entre sus pasajeros ilustres se recuerda al Cardenal argentino, Monseñor José L. Coppelo. Este representante de la Santa Sede, en su calidad de “delegado papal”, el domingo 2 de noviembre de 1941, se embarcó en Ensenada hasta Puerto Varas acompañado de una selecta comitiva. Desde Buenos Aires vía San Carlos de Bariloche, se dirigía hacia Santiago, a participar en el Congreso Eucarístico de aquel año.
El “Santa Rosa” navegó hasta el año 1945, en que fue vendido; se pretendía desarmarlo y trasladarlo a Puerto Montt para ponerlo en servicio entre Puerto Montt y Puerto Aysén.
Permaneció semi desarmado en Puerto Varas hasta que un fuerte temporal lo arrojó a la playa donde sus últimos restos fueron abandonados.
Fuente: Legarraga Raddatz, Patricio : “Frutillar genealogías de familias alemanas”. KA2 Impresión, Santiago de Chile.1998, pp 492-494
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