Los otros héroes del bicentenario: La aventura de los colonos alemanes en un viaje sin retorno. Sus 8 primeros años en el territorio de Llanquihue. 1852-1860. Por Félix Berger Mercado,periodista
Por Félix Berger Mercado,periodista
Queremos describir brevemente lo que fueron los primeros 8 años de los colonos alemanes en el territorio de Llanquihue, que sin lugar a dudas merecen también el título de héroes del bicentenario.
Bebés recién nacidos, niños, jóvenes, adultos e incluso adultos mayores conforman los primeros grupos de alemanes que salen del puerto de Hamburgo en Europa rumbo a Chile Arriban en noviembre de 1852 a Ancud , no son desconocidos entre ellos, pues muchos vienen del mismo lugar o están ligados por lazos de parentesco; son casados, con hijos; y los solteros no tardan en casarse, eso los ayuda a no sentirse tan solos.
El censo de estos primeros pobladores, que llegaron al territorio de Llanquihue- , según lo que indicaba Vicente Pérez Rosales, constaba de 44 matrimonios y su composición era la siguiente:
Hombres casados 44
Mujeres casadas 43
Hombres solteros 14
Mujeres solteras 08
Hombres de 1 a 10 años 31
Mujeres de 1 a 10 años 28
Hombres de 10 a 15 años 24
Mujeres de 10 a 15 años 20
Total 212
Ellos son el puente para incorporar esta zona definitivamente al país.
1.- Paisaje en el territorio de Llanquihue .
Estos héroes del bicentenario se encontraron con un territorio de era lluvioso, cubierto por extensas selvas de quilas, laureles, alerces, cipreses, robles, pellines, lumas, mañíos, entre otros árboles a los que les agregamos una vegetación de colihues, coirón, ñilhues y arrayanes. Habían muy pocos lugares para el cultivo. En un primer momento sólo podía transitarse a pie y abriendo a machetazos una senda que apenas dejaba percibir la luz. El terreno iba mejorando a medida que se acercaba al lago Llanquihue.
2.- Diseño y ejecución de la ruta Puerto Montt-Lago Llanquihue-Osorno clave para el éxito de la colonización.
Don Vicente Pérez Rosales dice que , En mis repetidos viajes al interior y a los activísimos trabajos de los ingenieros que el gobierno había puesto a mi disposición, no tardaron en evidenciar que un camino de 21.570 metros entre el mar –seno de Reloncaví – y la laguna- Lago Llanquihue-, a través de los espesos bosques que separaban estas dos aguas, y otro de 48.804 metros , entre el norte de la laguna-Lago Llanquihue- y Osorno, bastarían el primero para poner en inmediato contacto con el puerto todos los productos del vasto perímetro del lago, y el segundo, los del rico y aislado departamento de Osorno con los puertos de éste .
Señala Pérez Rosales que el seno de Reloncavi, fue el seno que divisó, desde las faldas del volcán Osorno, “después de recorrer los campos incendiados del Chanchán, y su proximidad a la laguna de Llanquihue”, fue o que lo motivó a colocar en sus playas el primer asiento de la proyectada colonia.
Agrega que, este importante lugar, estaba colocado en el punto preciso donde debía iniciarse el primer trabajo colonial, “fue designado como centro y punto de partida permanente para las operaciones subsiguientes”.
3. La llegada a Ancud desde Corral
En noviembre de 1852 llegan a Ancud desde Corral los primeros colonos de habla alemana que son desembarcados de los buques de guerra chilenos el “Infatigable” y la “Janaqueo” .
En el libro “Recuerdos del Pasado” se dice que “El comercio envió embarcaciones para desembarcarlos: el señor intendente y las demás autoridades salieron a recibirlos a la playa, y la respetable señora Alvarejo, esposa de Sánchez, ambos de las más consideradas familias de Ancud, franquearon su hermosa casa de campo, en donde, a su vista y bajo la vigilante y delicada hospitalidad del bello sexo de la capital de las islas, se festejó a los enflaquecidos pasajeros con una opípara comida.
“Fue ésta una demostración necesaria; necesitaban aquellos expatriados voluntarios algo con qué retemplar su casi perdida esperanza de poder hacer algo en Chile”
Posteriormente los colonos son llevados en lanchas hasta al Astillero de Melipulli (cuatro colinas), hoy Puerto Montt.
4. Puerto Montt
A su llegada al Astillero de Melipulli, habían muchos chilotes venidos de las islas, sin zapatos ni sombreros, que los esperaban curiosos en la playa, eran personas atentas y corteses, cuenta el colono Karl Wilhelm .
Los colonos a medida que iban llegando se les instalaba provisoriamente en la “Casa Grande” (Kaserne) de Puerto Montt, antes de poder ocupar sus chacras o hijuelas en el sector del lago Llanquihue. Los que no tenían cabida en la “Casa Grande “se las arreglaban para pernoctar en improvisadas mediaguas.
A su llegada , había una gran cantidad de inconvenientes que debían solucionar , por ejemplo no sabían dónde guardar sus cajas y cajones en que traían ropa blanca, utensilios de casa, asientos, escritorio y hasta la vieja estufa de loza tan apreciada en Europa , además de plumones ( acolchados de plumas), vestidos, semillas para granos y verduras y herramientas. Todo esto había que ordenarlo, revisarlo, limpiarlo y protegerlos contra el deterioro.
Mientras las mujeres se preocupaban de lavar y de cocinar, los hombres se ocupaban de hacer labores de carpintería, además de ayudar a arreglar los caminos hacia la “Laguna”, y dedicar las tardes para explorar los alrededores de sus futuras chacras en que instalarían su hogar .
5. Aprendiendo el idioma
Como todos los años, durante los meses de verano se reunían gran cantidad de trabajadores en el Astillero de Melipulli, por ejemplo habían comerciantes venidos desde Calbuco hasta Chiloé, atraídos por la novedad de los colonos recién llegados. De esta forma los colonos tuvieron la oportunidad de conocer poco a poco a la gente del lugar y saber más de sus costumbres y del idioma sobre todo . El castellano se aprendía así más fácilmente que con la gramática de los diccionarios. Al comienzo se hacían entender con signos, movimientos de mano, juegos de mímica. Si un colono deseaba comprar un chancho a un nativo, acompañaba a la compraventa las palabras “tu chancho, yo chancho” apretándole al mismo tiempo en la mano la cantidad de monedas por el negocio realizado. Perros y chanchos se veían al comienzo por cantidades en Melipulli, pero en cambio el vacuno llegaba poco.
6. Los topógrafos de la colonia .
Francisco Geisse fue el primer Ingeniero que tuvo la colonia, mensuró las chacras de los colonos, montado en su caballo chilote y tomando su reloj de bolsillo en la mano, trotaba por el camino recién abierto, midiendo y estacando por segundos recorridos el límite de cada chacra.
Al estar las mediciones de las chacras hechas , el colono debía pensar en ubicarla e instalarse en ella, aunque algunos de los inmigrantes decidieron quedarse en Puerto Montt para dedicarse al comercio y a la industria. Otro Ingeniero que mensuraba chacras fue José Decher .
7. Traslado a las hijuelas o chacras
Para trasladar los colonos sus enseres como cajones e inmobiliario, improvisaban una especie de “trineo” o “bongo terrestre”, o confeccionaban “canoas” de troncos de árboles huecos, los que se ataban a los cuernos de los bueyes. Los colonos partieron a sus chacras vestidos con sencillos trajes de tela de lino grueso teñido, descalzos, con herramientas, batería de cocina y alimentos, todo cargado sobre un “deslizador en forma de horquilla” ( dos espigones de madera unidos por travesaños) dispuestos de manera segura para atravesar las partes pantanosas pavimentadas con troncos y ramas atravesadas Así viajaron a sus hijuelas estos colonos, a los que nunca les faltó el ánimo y el buen humor. Las carretas de 2 ruedas vinieron a usarse recién unos 8 años más tarde , 1860 o 1861.
8. En las chacras
Al llegar para la construcción de sus viviendas, cada colono debía procurarse la madera necesaria y transportarla al lugar de su destino.
Aun cuando, con el tiempo tenían casas de madera bien construidas, el viento pasaba a través de las cientos de rendijas y agujeros de estas casas hechas por colonos novatos, sin experiencia y apresuradamente. El frío se dejaba sentir en toda su crudeza desde mayo a agosto, a menudo con desagradables escarchas, pero principalmente por copiosas lluvias y temporales.
Como al comienzo muchos carecían de estufas, al llegar la noche, se cobijaban rápidamente en las camas. Para economizar, las papas se comían con cáscara.
Cuenta Guillermo Püschel que cuando sus padres desembarcaron en el puerto de El Volcán, no había en esa parte ni viviendas ni caminos.
Los medios de subsistencia eran escasos, dice Guillermo Püschel tanto que su padre tuvo que alimentarse con avellanas durante 6 días , ya que los restantes colonos se habían ido a Puerto Montt en busca de víveres. Los colonos en sus primeros años tuvieron que luchar con la selva virgen; trabajar desde el amanecer hasta la noche, y de esta forma obtener un pedazo de suelo donde poder sembrar y empezar la actividad agropecuaria .
El libro “Llanquihue entre lago y río2, retrata bien esta situación al decir que: “La prioridad de cada colono era limpiar un lugar cerca del agua para construir su primer hogar y después limpiar o rozar el bosque para preparar la tierra y poder sembrar, también tener pasto para el ganado. Muchos de ellos trajeron herramientas o encargaron posteriormente a sus parientes para que les mandaran de Alemania, igualmente es el caso de algunas semillas de granos, hortalizas e incluso flores. Es de imaginarse como poco a poco y con muchos sacrificios, fueron ganando terreno, y los primeros colonos llegados a “Desagüe” en 1853, pudieron sembrar en 1854 y lograr su primera cosecha en 1855 “.
En tanto que Vicente Pérez Rosales indica que , “poner aquella cuadra de tierra en estado de cultivo, parecía una empresa muy superior a la fuerza de los medios empleados para conseguirlo. Hallábase todo aquel vasto territorio cubierto de espesísimas selvas, las cuales, desde las nieves eternas de los Andes, parecían desprenderse y marchar sin interrupción hasta las misma aguas del mar”.
En 1858, ya la colonia comenzaba a satisfacer con sus productos sus propias necesidades, tenían 239 cuadras de cultivo .cultivaban por ejemplo papas, trigo, avena, centeno, linaza, y el número de pobladores de todas edades y sexos alcanzaba sólo a 789 personas en ese entonces.
Importante además es destacar el rol de las mujeres que ayudaron a sus maridos a rozar, limpiar y preparar los suelos para las primeras siembras. También les cooperaban en la construcción de la casa, confeccionaban la ropa, se preocupaban de la cocina, lavaban la lana de sus primeras ovejas, hilaban y tejían aprendiéndolo al modo chilote, elaborando la ropa de burdos, pero sólidos tejidos abrigadores y durables, especialmente aptos para defenderse de la lluvia y el frío. Educaba a los hijos.
Otro aspecto relevante es que en el hogar le dedican mucho tiempo a la música, no había hogar de los colonos donde en las horas de descanso y reposo no se hiciera música o se cantara. La música solemnizaba actos festivos, reuniones sociales y celebraciones patrióticas.
9.-Los primeros mártires
De igual manera a las dificultades del inicio se sumó el fallecimiento de tres inmigrantes ; el primero caso ocurrió en una excursión que hacían los colonos para inspeccionar sus chacras en enero de 1853 , los colonos Lincke y Waehle se internaron en la selva virgen, cerca de Totoral y desaparecieron para siempre .
Posteriormente el 6 de abril también de 1853 , se ahogó en el nacimiento del río Maullín, Karl Fuenfach, carpintero venido de Silesia. Fuenfach deseaba atravesarlo a nado, de lo que se le disuadió; pero como él insistía, se le aconsejó amarrarse un cordel a la cintura a lo que no hizo caso. Se lanzó al agua siendo arrastrado por la corriente, gritó por ayuda, la que no pudieron proporcionarle los indefensos espectadores ahogándose a la vista de todos.
10. Descripción de Vicente Pérez Rosales de los 7 primeros años de la colonia
Vicente Pérez Rosales, testigo y protagonista del desarrollo de la colonia resume así en su obra “Recuerdos del Pasado los 7 primeros años de la colonización en el territorio de Llanquihue:
“ la colonia de Llanquihue se inauguró el 12 de febrero de 1853, que debía servir de centro a este establecimiento colonial, se le dio el nombre de Puerto Montt, leve homenaje que tributaban los fundadores de ese pueblo a la memoria del autor de la ley del 18 de noviembre de 1845, llamado entonces por los pueblos a ponerla él mismo en ejecución.
En ese mismo año se repartieron entre los colonos los campos cuyos frentes al camino pudieron ser medidos; y se declaró por decreto supremo del 27 de junio de 1853, territorio de colonización sometido a un régimen especial aquel que se encontraba comprendido entre la costa septentrional del seno de Reloncavi con alguna de sus islas y los terrenos incendiados del valle central de Osorno, hasta donde alcanzaban sus árboles carbonizados. Tenía por límites: al oriente los Andes, y al poniente líneas imaginarias que pasaban por bosques desiertos e intransitables.
El rigor del invierno de ese mismo año inutilizó los trabajos coloniales y expuso al colono a perecer de hambre .
El invierno de 1854 fue cruel como el anterior ,y la feracidad del suelo virgen y recién preparado inutilizó las siembras de granos ahogándolos el exceso de su propio crecimiento.
En 1855, el Gobierno se vio en la precisión de decretar nuevos auxilios para esos desgraciados pobladores, sobre cuyos sembrados se había batido una plaga de aves que todo lo destruyó.
En 1861, esto es, seis años después de tan crueles contratiempos, fue tal la importancia que había alcanzado el territorio de colonización con la presencia de ese puñado de inmigrados, que se creyó justo elevarlo al grado de cabecera de provincia, incorporándole, para formarla, los antiguos departamentos de Valdivia y Chiloé, Osorno y Carelmapu.”
………………………”Un puñado de colonos diseminados en las desacreditadas playas a donde se les condujo, por necesidad habían obrado en aquellos lugares los milagros que en el año 1860, ya admiraban a los que conocían la geografía de su país”.
Entre esos hijos del trabajo, de la abnegación y de la constancia, nunca se oyó resonar la voz del desaliento, a pesar de las angustias que los sitiaron desde el día mismo en que pusieron los pies en Llanquihue, pues que, sorprendidos por uno de los rigurosos inviernos en los lugares, donde, atropellando más bien que venciendo dificultades, se habían establecido, tuvieron, por falta de recursos, que consumir las semillas que tenían para sembrar, que desenterrar las papas ya sembradas, y aún matar sus animales de labor para no perecer de hambre.
Aquellos pocos individuos bastaron “para producir en cortos años un notabilísimo aumento en los negocios, en las comodidades de la vida, y hasta una agradable mudanza en el aspecto físico de las poblaciones. Merced a su influjo no sólo han incrementado la mayor parte de las antiguas industrias, sino que se han establecido otros nuevas que figuran en primera línea y cuyos solos productos aparecen en los cuadros de la exportación anual por un valor cuatro veces mayor que el total de las anteriores a la fecha de su arribo”, sostiene Vicente Pérez Rosales
Para concluir podemos decir que en su aventura a Chile sin pasaje de vuelta, los colonos alemanes tienen el mérito, que en un período tan corto, y con un trabajo intenso, de muchas privaciones y sacrificios , logran en tan sólo 8 años comenzar a cambiar el paisaje geográfico de la zona, y no sólo eso, sino mejorar sus propias condiciones de vida, para él, sus hijos y los nietos que cosecharán lo sembrado en ambientes hostiles al principio, y amigables al final de sus vidas. Donde había selvas ahora hay extensas praderas, campos de cultivos, industrias, ciudades y mucha actividad . También ellos son héroes del bicentenario.
Datos:
1. El promedio de edad de los jefes de familia de colonos que llegan es inferior a los 38 años
2. En 1852 se construye la primera balandra llamada "La Fundadora" . El Presidente don Manuel Montt dictó el decreto que asignaba la suma de $ 500 para construir esta embarcación
3. 1854: comienza a funcionar en Playa Maitén el primer Molino de la colonia, pertenecía a Jermán Klagges
4. El balsero del río Maullín podía cobrar 5 centavos por cada pasajero y 3 centavos por cada colono que estaba establecido al otro lado del Maullín.
5. En 1856 una yunta de bueyes costaba $ 40, una vaca con cría a $ 17,25 y en 1857 $ 50 y 20 pesos respectivamente
6. El ciento de tablas de alerce costaba en 1856 $ 5
7. Una tabla de laurel costaba en 1856 1 ½ real
8. En 1857 el quintal de harina costaba $6, 80
Nota de la Redacción: Este artículo lo realizamos para el semanario Cóndor, y fue publicado el 31 de diciembre de 2010.Al cumplirse este mes 160 años de la llegada de estos esforzados colonos alemanes al territorio de Llanquihue , publicamos nuevamente esta monografía como homenaje a nuestros antepasados de los cuales nos sentimos tremendamente orgullosos, por todo lo que hicieron para el desarollo de esta zona y de Chile , y cuyas obras perduran hasta el día de hoy.
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